Decisiones. Las tomamos todos los días. Algunas nos cambian la vida. ¿Debería cambiar de trabajo? ¿Debería comprar una casa? ¿Debería casarme?
¿Debería tener hijos?
Algunas son relativamente triviales. ¿Chocolate o vainilla? ¿Pollo o pescado? ¿Ensalada o patatas fritas? ¿Café o té? ¿Con gas o sin gas?
No resulta sorprendente, por lo tanto, que las decisiones sean también el pilar fundamental del éxito de una compañía de Seguros. Tomar la mejor decisión posible en cada momento del proceso de tramitación de un siniestro puede mejorar los ratios de siniestralidad, la efectividad en la mitigación del fraude,
la eficiencia operativa y el grado de satisfacción de los asegurados. Todos estos factores pueden tener un impacto positivo en el resultado neto de la compañía
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